Sí, uno más.
Un Domingo de Ramos más en nuestra vida, por que nosotros, los cofrades, contamos los años por Semanas Santas.
Lo primero que tenemos que hacer siempre, un día como hoy, es dar gracias a Dios. Darle gracias por estar aquí, un año más. Por estar con nuestra gente, con la gente que más queremos y con nuestras benditas imágenes iluminándonos.
Por la incertidumbre meteorológica va a ser un día complicado, pero nada ni nadie nos va a impedir estar allí, en Los Terceros, con nuestro escudo muy cerca del corazón, acordándonos sobre todo de los hermanos y amigos que hemos perdido desde el pasado año.
Por cercanía, nos acordamos muy especialmente de nuestro querido Peregil. Cómo vamos a acharte de menos Pepe cuando pasemos por la estrechez de El Rinconcillo, con ese balcón huérfano de saetas...
También nos acordamos de nuestro querido Juan Solís, que hace pocos días se nos fue para reunirse con Ella.
Te aseguro Tarín que a buen seguro os estará viendo desde el Cielo, lleno de orgullo de veros a ti y tu gente, hijos y nietos... un año más, sin faltar a nuestra ineludible cita con Nuestra Señora.
Y de otros muchos, como nuestra Consuelo Lozano, madre de Francisco Javier... Qué alegría en lo alto tiene que tener Consuelo de ver esa familia interminable reunida un año más con sus túnicas, sus costales y sus corbatas negras. Cómo te van a echar de menos...
Y bueno...
No creas que me olvido de ti, Dolores Piqueres.
Que aunque te fuiste apagadita con tus manos de papel, papá Tomás y todos los titos y nietos todavía echamos un vistazo en Gerona para ver si te escondes entre la gente, buscándonos...
Domingo de Ramos 2012.
Qué Dios nos bendiga a todos...
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